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Ciclo Menstrual

Fase Menstrual : La pérdida

 

El invierno es símbolo de la fase menstrual: en esta fase del ciclo predomina la quietud, la necesidad de descanso, el recogimiento y la introversión.
 

Aunque el primer día de menstruación representa el día 1 del ciclo, en realidad estamos en la última etapa del proceso, se trata del final de la fase lútea o progestacional. A nivel fisiológico tiene lugar una disminución de la hormona progesterona y un aumento de unas sustancias llamadas prostaglandinas, responsables de las contracciones del útero y de la secreción del revestimiento endometrial, es decir, de la menstruación.

La menstruación es el momento de mayor pérdida de energía y de mayor conexión con nuestro interior. Durante la fase pre-menstrual y menstrual hay una mayor conexión con el inconsciente, lo que permite que recordemos mejor nuestros sueños y que éstos sean más gráficos. El hemisferio cerebral derecho, relacionado con la intuición, la creatividad y las emociones registra una mayor actividad en esta etapa.
 

La fase menstrual es el momento de la pérdida, pero esto no lo convierte en algo negativo. El momento de perder la energía, de encerrarnos en nosotras mismas y de descansar, es un momento simbolizado por la muerte y la oscuridad pero necesario para que tenga lugar la regeneración, la transformación y un nuevo inicio.

Todos los síntomas que manifiesta el cuerpo durante esta etapa buscan la quietud, el descanso, el entorno adecuado para facilitar la introspección y la reflexión. Querer ir en contra de esta necesidad puede causar un severo dolor menstrual.
 

La menstruación nos ofrece la oportunidad de soltar todo aquello que nos supone un lastre, perderlo, dejarlo ir… La sangre menstrual es sinónimo de vida, fertilidad y salud, es un camino que nos lleva a una explosión de energía que tiene lugar en la fase pre-ovulatoria.

Fase pre-ovulatoria : El renacer

 

La estación que simboliza la fase pre-ovulatoria es la primavera: tras la quietud del invierno la naturaleza se prepara para renacer, las horas de luz solar aumentan y la energía se encuentra en plena etapa de expansión.

 

La pre-menstruación marca el inicio de la fase folicular o estrogénica. A nivel fisiológico se da un aumento en los niveles de estrógeno y progesterona. El estrógeno es el responsable de engrosar el endometrio y la progesterona mantiene la pared uterina hasta que tenga lugar la menstruación o bien la fecundación del óvulo. En esta etapa el folículo madura hasta que ya en la fase ovulatoria el óvulo es expulsado.

 

El aumento de estrógenos produce una mayor actividad del hemisferio cerebral izquierdo, el que se asocia a los procesos de lógica y raciocinio. Durante la fase pre-ovulatoria nuestra energía se encuentra en expansión hacia el exterior, estamos más comunicativas, en un momento de total extroversión, nos sentimos pletóricas y llenas de ideas, por este motivo, esta fase del ciclo es idónea para llevar a cabo nuevas iniciativas y nuevos proyectos.

 

Durante esta etapa el deseo sexual de la mujer está en pleno apogeo, y no es de extrañar, ya que pronto nuestro cuerpo secretará un óvulo que tiene la posibilidad de ser fecundado. Es por esto que nuestro organismo también secreta hormonas que se relacionan con nuestro atractivo sexual.

 

Tras la pérdida de energía de la menstruación, este momento del ciclo nos permite volver a nacer, disponer de toda nuestra energía y todos nuestros recursos, representa una nueva oportunidad, un nuevo inicio, el principio de nuestro camino cíclico.

Fase Ovulatoria : La expansión del amor
 

La estación que simboliza la fase ovulatoria es el verano: el sol se encuentra en su clímax y la energía de la mujer se encuentra en plena expansión, es un momento de apertura del corazón, un momento de extroversión y entrega.

 

La fase ovulatoria corresponde aproximadamente al día 14 del ciclo, siempre tomando como referencia un ciclo de 28 días. Este periodo separa la fase folicular /estrogénica de la fase lútea/ progestacional. A nivel fisiológico hay un importante aumento en la hormona folículo estimulante (FSH) y en la hormona luteinizante (LH). La FSH interviene en la producción de estrógenos y permite que los óvulos se desarrollen en el ovario, la LH interviene en la producción de estrógenos y progesterona y permite la liberación de los óvulos maduros a las trompas de Falopio.

 

Durante este periodo sigue predominando la actividad del hemisferio cerebral izquierdo, que se asocia a los procesos de lógica y razón. Y la energía, al igual que en la fase pre-ovulatoria sigue siendo de carácter extrovertido, es un buen momento para la comunicación y para proyectarnos hacia el mundo exterior. A nivel biológico nuestro óvulo espera ser fecundado, por lo que se observa un importante aumento en el deseo sexual.

 

Aunque nos seguimos encontrando en una fase de energía extrovertida y de expansión, esta fase es muy distinta a la pre-ovulatoria. La mujer no se comunica con el exterior a través de innovación, ideas, sociabilidad… Sino a través del amor. La ovulación representa la energía de la madre y de la nutrición. En esta fase la mujer se vuelca en los demás, el amor va de dentro hacia afuera, las cualidades que se aprecian son la capacidad de dar calor, sustento y alimentación.

 

La fase ovulatoria es de una energía extraordinaria, nos permite darlo todo, irradiar nuestro entorno así como nos ilumina el sol del verano.

Fase pre-menstrual : La revisión de la herida

 

El otoño es símbolo de la fase pre-menstrual: el descenso de la luz solar simboliza el descenso hacia el interior y la pérdida progresiva de energía.

 

La pre-menstruación es la fase del ciclo que va desde la ovulación hasta la menstruación, nos encontramos en el inicio de la segunda fase del ciclo: la lútea o progestacional. A nivel fisiológico se da una disminución de la hormona folículo estimulante (FSH) y de la hormona luteinizante (LH). Al final de la pre-menstruación también empieza a descender la progesterona, que se mantenía tras la ovulación.

 

Durante esta fase hay una mayor conexión con el inconsciente, lo que permite que recordemos mejor nuestros sueños y que éstos sean más gráficos. El hemisferio cerebral derecho, relacionado con la intuición, la creatividad y las emociones registra una mayor actividad en esta etapa.

 

Este es el motivo por el que muchas mujeres sufren el Síndrome Pre Menstrual, con síntomas mentales tales como histeria, depresión o ansiedad. Esta mayor conexión con el inconsciente también permite que estemos más conectadas con los aspectos no resueltos de nuestro ser, con nuestros traumas, con nuestro dolor y con nuestras heridas.

La fase pre-menstrual nos permite revisar nuestras más profundas emociones, nos permite darnos cuenta de qué es aquello que no tenemos superado, que no hemos sabido gestionar y que nos afecta. Esta fase no es negativa, simplemente nos sitúa en el entorno emocional más adecuado para poder ver aquello que no está bien en nosotras, que nos aflige y que en muchas ocasiones reprimimos.

 

La fase pre-menstrual nos permite afrontar nuestros miedos en vez de reprimirlos, gestionar nuestro dolor para poder superar las heridas más profundas… El otoño es el momento de recoger los frutos, si saneamos las heridas este momento del ciclo nos permite enriquecernos con nosotras mismas y evolucionar.

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